En la segunda entrega de la serie “Dimensiones del impacto”, nos fijamos en los informes sobre el impacto de los documentales sociales escritos por el Centro de Impacto Social y de Medios (Center for Media and Social Impact, CMSI) de la Universidad Americana (American University). Fundado por Patricia Aufderheide, el centro se describe a sí mismo como “una laboratorio de innovación y un centro de investigación” que se enfoca principalmente en medios, independientes, documentales y públicos. Adicionalmente a sus reportes de impacto, también realizaron un importante trabajo en los principios del Uso Justo y del futuro de los medios públicos.

“Documentales de índole social: La evolución de la participación pública” (2009)
Similar al reporte de Fledgling Fund “Evaluando el Impacto Social de los Medios Creativos”  este informe examina tres estudios de caso de campañas de divulgación estratégicas centrados en características de documentales de temas sociales. También comienza a definir cómo las nuevas tecnologías digitales y una multiplataforma de ambiente de medios están haciendo posible una nueva generación de medios de comunicación públicos que es accesible, participativa e inclusiva- lo que CMSI llama “Medios Públicos 2.0.” La autora Barbara Abrash establece que las campañas de divulgación de documentales crean laboratorios para los medios públicos del futuro mediante la creación de nuevas herramientas y redes de compromiso cívico.

Para cada uno de los tres estudios de caso, el informe enumera los “circuitos de circulación” a través de los cuales la película (o el mensaje de la película) viajaron. Estos incluyen los lugares tradicionales para el documental social: tales como festivales y proyecciones comunitarias, las emisiones de TV, DVDs y distribución educativa. Pero también incluyeron una variedad de puntos de venta no tradicionales, como los canales de medios sociales, mapas y medios locativos, exposiciones de arte, conferencias profesionales y centros de elaboración de políticas. 

Esta colección expandida de canales de distribución son posibles gracias a una “red de apoyo frágil, pero eficaz”, que incluye distribuidores, organizaciones de servicios, festivales, emisoras, proveedores de fondos y organizaciones sin fines de lucro, todos los cuales contribuyen al ecosistema de “Medios Públicos 2.0”. Más allá de su forma tradicional de educar e informar al público, los medios de comunicación pública 2.0 tiene como objetivo “permitir a los públicos a reconocer y comprender los problemas que comparten, conocerse y actuar.” En otras palabras, los “circuitos de circulación” para el documental, pueden ser circuitos de solución de problemas sociales y de acción colectiva.

Desde la perspectiva de los practicantes del V4C, uno de los casos más interesantes de estudio en el reporte se enfoca en la campaña de divulgación para State of Fear: The Truth About Terrorism (Estado de Miedo: La verdad detrás del terrorismo), un documental de Pamela Yates que trata sobre la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú. Además de festivales, transmisiones y la distribución en DVD, los cineastas llevaron una versión en lenguaje Quechua del documental a las comunidades andinas que sufrieron violaciones de sus derechos humanos por parte del ex-presidente Alberto Fujimori. También construyeron un sitio web en Quechua y equiparon  villas con cámaras Flip para grabar y subir los testimoniales mientras comenzaba el juicio contra Fujimori. Esto es un ejemplo excelente de cómo un documental puede fomentar los enfoques  participativos durante la distribución y brindar a la comunidad una herramienta efectiva para la acción social. 

Los reportes CMSI y  Fledgling Fund “Evaluando el Impacto Social de los Medios Creativos” están centrados en la importancia de trabajar con organizaciones no gubernamentales y con socios de la comunidad para diseñar y ejecutar campañas de divulgación estratégicas para documentales.

Sin embargo la CMSI va un paso adelante tratando a este tipo de campañas como señales de una nueva forma de medios de comunicación públicos en los que  los documentales son una forma de cambio social y de medios entre muchos otros y los canales de comunicación tradicionales como festivales y broadcasts son sólo una de las posibilidades dentro de los “circuitos de circulación” que una película puede tener. Como la campaña a favor de Estado de Miedo lo demuestra, estos circuitos pueden involucrar tanto a la distribución de “arriba hacia abajo”, como a los enfoques “abajo hacia arriba” que pueden dar a las audiencias y comunidades poco representadas una voz en el debate público.

¿Qué clase de “circuitos de circulación” están disponibles para el trabajo del video para el cambio? ¿Cómo difiere esto de otros documentales y cómo podemos crear nuevos? En donde encaja el trabajo del video para el cambio dentro de este ecosistema más vasto de “Medios Públicos 2.0,” particularmente en los países donde no se tiene la tradición de transmisiones públicas? Más importante, ¿cómo podemos aislar el impacto del video para el cambio (ya sea un documental o un video) dentro de un complejo ecosistema creciente?

En otros posts, examinaremos algunos de los más recientes reportes que comienzan a abordar estas preguntas, al observar el diseño de los medios y las campañas sociales como también nuevas oportunidades y tecnologías diseñadas para medir el impacto.